Dios nos llevará de la mano hasta el final

Una de las pruebas deportivas más duras es el triatlón. Es una carrera de resistencia que consiste en nadar 3 kilómetros, luego correr en bicicleta 160 kilómetros y terminar corriendo un maratón de 42 kilómetros. Con razón llaman a1 que lo termina ironman, es decir, "hombre de hierro". Para poner las cosas aún más difíciles, esta práctica deportiva tiene reglas muy estrictas, y una persona puede ser descalificada con relativa facilidad.
Muy pocas personas intentan correr el triatlón. De cada cien que lo intentan, solo siete lo terminan. Es la prueba que más le exige al cuerpo del deportista.
Rick Hoyt terminó el triatlón. Pero él es el héroe más inverosímil que se pueda imaginar. Ricky nació con parálisis cerebral, y encima es tetrapléjico. Cuando nació Rick, en 1962, el cordón umbilical se enrolló alrededor de su cuello y cortó el flujo de oxígeno a su cerebro. 
Los médicos dijeron a sus padres que nunca haría nada y que sería un vegetal toda su vida, si es que sobrevivía. Les dijeron que debían ponerlo en una institución especializada.
Pero los padres no estaban dispuestos a abandonar a su primogénito. El papá de Rick vio en los ojos de su hijo algo. Algo que luchaba por expresarse, la luz de una persona interior. Rick "expresó" sus primeras palabras cuando tenía doce años. No lo hizo con su voz, sino a través de una computadora. Pero siguió luchando. Terminó la escuela de nivel medio y luego la universidad.
Un día Rick (1977) escuchó que se correría una carrera de siete kilómetros (5 millas) en un evento cuyos beneficios se destinarían para un jugador de lacrosse lesionado que fue compañero de escuela de Rick.
Él quería ayudar a recaudar fondos, así que su papá se registró y corrió, empujando a Rick en un coche especial. Rick se sentía encantado. «Cuando estoy corriendo no me siento inválido», dijo.
Fue el principio de una notable carrera deportiva padre-hijo. Hasta junio del 2005, el Equipo Hoyt participó en un total de 911 eventos, incluyendo 206 Triatlones (6 de los cuales fueron competiciones Ironman), 20 Duatlones y 64 Maratones, incluyendo 24 Maratones de Boston consecutivas. Ellos además han manejado bicicleta y corrido a lo largo de los Estados Unidos en 1992, una jornada de 3735 millas que les tomo 45 días.
Y sí, Rick corrió un Ironman. ¡No uno, 6! Su padre nadó los tres kilómetros tirando una balsa de hule con Rick encima. Con su hijo encima del manubrio, corrió los 160 kilómetros en bicicleta y corrió el maratón empujado por el mismo padre devoto. Es un triunfo del espíritu humano. Es una historia de amor de un padre que se ha sacrificado para hacer feliz a su hijo inválido.

El Triatlón es una carrera de resistencia. La Biblia también nos habla de una carrera, una carrera que debemos correr todos. Esa carrera es nuestra vida. 

Salmos 25:8, 9. Enseñara a los mansos su carrera.
Hechos 20:24 (RVR1960). Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
2 Timoteo 4:6-8. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Hebreos 12:1, 2. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
La única forma de salir victoriosos en la carrera de la vida y llegar a la meta final es corriendo con Dios a nuestro lado. La mano humana es demasiado débil para aferrarse a Dios, pero la de Dios es firme y nunca nos suelta. Así nos quiere llevar Dios en la carrera de la vida. Si él no nos lleva sobre sus hombros, nunca llegaremos a la meta. Los justos dirán al final: «Me tomaste de la mano derecha [...] y después me recibirás en gloria».

Permite que Dios te tome hoy de su mano, deja de correr la carrera solo porque no vas a llegar a ningún lado, corre de la mano de Dios y llegaras a la meta final: el reino de los cielos. 

Salmo 73:23, 24. Con todo, yo siempre estuve contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria.